La dilución del plasma sanguíneo rejuvenece órganos y tejidos

En ratones viejos, la sustitución de la mitad del plasma con suero salino favoreció la regeneración del tejido muscular y el hígado, así como la formación de nuevas neuronas. El hallazgo sugiere que la fuente de la eterna juventud no se hallaría en la sangre de los individuos jóvenes.

Muchos anhelan poder retardar e incluso revertir el proceso de envejecimiento. En el laboratorio, el trasplante de células de individuos jóvenes o la transfusión de su sangre parece detener el deterioro de órganos y tejidos en animales viejos. Sin embargo, una reciente investigación, publicada por la revista Aging, señala que basta con diluir el plasma sanguíneo para rejuvenecer el organismo.

Para Irina M. Conboy y su equipo, de la Universidad de California en Berkeley, la clave reside en las proteínas plasmáticas.

Durante décadas, la parabiosis, es decir la unión quirúrgica de los sistemas sanguíneos de dos animales, ha permitido estudiar los efectos de la sangre joven en un cuerpo viejo. Por norma general, ello resulta en una mejora del estado de salud, así como en la reparación de los tejidos, de los roedores de más edad. No obstante, los juveniles también experimentan un envejecimiento prematuro. Estos resultados llevaron a los científicos a explorar la presencia de componentes perjudiciales en la sangre envejecida, así como los beneficios de «eliminarlos».

Así pues, en ratones de 2 años de edad, sustituyeron el 50 por ciento del plasma sanguíneo con suero salino complementado con albúmina, para compensar la pérdida de esta proteína, la más abundante en la sangre, de forma progresiva para evitar un choque hipovolémico. Además, una vez purificados de la fracción extraída, los glóbulos rojos y blancos fueron repuestos. El mismo procedimiento se realizó en roedores jóvenes a modo de control.

Los efectos fueron visibles tras una sola intervención. En concreto, aumentó la reparación de las fibras musculares dañadas, redujo el número de células grasas en el hígado y rejuveneció el tejido hepático, a la vez que favoreció la formación de nuevas neuronas en el hipocampo, un área cerebral implicada en la memoria.

De forma interesante, en la práctica clínica, existe un procedimiento muy parecido al realizado por los investigadores en su laboratorio, conocido como intercambio terapéutico de plasma, que permite tratar enfermedades autoinmunitarias. Datos preliminares sugieren que su aplicación podría beneficiar también a los pacientes ancianos.

Pero, ¿qué ocurre a nivel molecular? Conboy y su equipo postulan que la dilución del plasma actuaría como una suerte de «reajuste» de los niveles de distintas proteínas. Por un lado, reduciría la concentración de moléculas proinflamatorias, que aumentan con la edad. Por el otro, facilitaría la acción de otras proteínas necesarias para el mantenimiento y la reparación de los tejidos.

En un futuro, el grupo de científicos evaluará si alguna de estas moléculas proteicas puede ayudar a frenar el deterioro asociado con el paso de los años. Sin embargo, dudan que actuar sobre una sola proteína permita obtener dicho efecto. Además, esperan poder confirmar la utilidad de los intercambios terapéuticos de plasma como tratamiento para mejorar la salud de las personas mayores.

Fuente: investigacionyciencia.es (16-6-2020)

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