Un nuevo típico de medicamento milagroso podría extender la esperanza de vida humana hasta los 200 años, según detalla en su último libro sobre longevidad el biólogo computacional británico Andrew Steele.
El campo de estudio es el de los senolíticos, medicamentos capaces de eliminar las células zombis que degradan la función de los tejidos.
El secreto de la vida casi eterna podría residir en un tipo de fármaco llamado senolítico, un campo de investigación pionero que según voces expertas como el biólogo computacional británico Andrew Steele, podría aumentar la esperanza de vida humana incluso hasta los 200 años. En su nuevo libro sobre longevidad, el investigador formula sus teorías sobre estos avances.
La Clínica Mayo descubrió los primeros senolíticos, o fármacos compuestos que eliminan a las células senescentes del cuerpo, responsables del envejecimiento. En dicho se estudió se combinó el medicamento dasatinib, que promueve la muerte de las células cancerosas, y quercetina, un antioxidante presente en frutas como la manzana.
Tal y como explica Steele, el estudio de los senolíticos tiene como propósito evitar la acumulación de células zombis, causantes de la liberación de los compuestos que aceleran el envejecimiento humano. Si los nuevos fármacos funcionasen, se destruirían dichas células y el deterioro podría reducirse por completo.
Según recogen desde BGR, un experimento con prueba de los medicamentos en 2020 publicado en The Lancet mostró resultados excepcionales en ratones, mejorando la función física y extendiendo su vida útil y su salud, un destello esperanzador teniendo en cuenta el gran parecido genético entre roedores y humanos.
La investigación de los senolíticos aún está en curso. Aunque extender tanto la vida humana genera controversia en muchos aspectos, Steele afirma que no ve ninguna razón biológica o física por la que debamos tener un límite absoluto sobre cuánto tiempo pueden vivir las personas.
“Ahora ninguna empresa farmacéutica piensa en tener un fármaco antienvejecimiento. Eso no es realista”, afirma en declaraciones a Semal Manuel Serrano, científico en el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona (IRB) y uno de los mayores expertos mundiales en cáncer y envejecimiento.
“En todas las investigaciones se ha visto que las enfermedades asociadas a la edad están acompañadas de muchas células envejecidas, las células senescentes. Entonces, el objetivo realista, es el de tratar con estos fármacos enfermedades que tienen células senescentes”, explica el investigador, también CEO y cofundador de la empresa española Senolytix.
Es decir, que en la actualidad no puedes entrar en una farmacia y pedir un senolítico, ya que como tales estos fármacos (aún) no existen.
“Se ha malentendido dónde se debía poner el acento de la investigación. Hasta ahora se ha puesto en no morirse, en retrasar la muerte, y eso es un error”, dice por su parte a Semal Jose Luis Trejo dirige el Grupo de Neurogénesis del Individuo Adulto en el Instituto Cajal del CSIC en Madrid.
El especialista recalca que se alarga la fecha de la muerte, pero no se retrasa el inicio de las enfermedades neurodegenerativas.
“Habría que poner el dinero en la investigación que retrase la incidencia de las enfermedades asociadas a la edad, primero por el coste personal, segundo por el coste familiar y por qué no decirlo, también por el coste social”, apostilla.
Fármacos senolíticos ‘made in Spain’
El año pasado se anunciaban fármacos senolíticos diseñados en grupos como el de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC),capaces de reconocer las células envejecidas y destruirlas sin tocar a sus vecinas sanas, a modo de terapias dirigidas.
“Por primera vez tenemos un fármaco basado en un anticuerpo que puede aplicarse a los humanos para frenar la senescencia celular”, dijo su comunicado oficial.
Después de analizar las propiedades propias de estas células, el equipo de la Uol/UOC diseñó un fármaco senolítico de segunda generación que puede identificarlas, unirse a ellas y descargar una sustancia para eliminarlas, sin efectos secundarios.
Los resultados han sido positivos en experimentos realizados en células humanas en cultivo: queda por saber los efectos en el organismo humano.
El tratamiento podría administrarse a personas con un abanico de enfermedades muy amplias: alzhéimer, diabetes tipo 2, párkinson, artritis, cataratas o algunos tumores. También podrían aplicarse a dilatar la longevidad y conseguir envejecr de forma más sana.
Fuente:businessinsider.es (07-2022)